El Líbano se enfrenta a una crisis económica sin precedentes. Según el Banco Mundial, esta crisis constituye una de las más graves a escala global desde el siglo XIX. Sumado al bloqueo político, la explosión que en agosto de 2020 arrasó el puerto de Beirut y la crisis de la Covid-19 han agravado la contracción económica y la situación humanitaria del país. A lo largo de los dos últimos años, el producto interior bruto se ha desplomado, la libra libanesa se ha devaluado en un 90 % respecto al dólar y la inflación ha superado el 200 %. La crisis económica ha cristalizado, entre otros, en cortes de electricidad de hasta 22 horas en un mismo día, en el desabastecimiento de gasolineras, hospitales y farmacias y en una drástica reducción de los servicios públicos.
El desempleo y la pobreza extrema se han disparado, lo que hace más difícil que la población local, migrante y la refugiada (el Líbano acoge a más de 1,5 millones de personas refugiadas por el conflicto en Siria) pueda satisfacer sus necesidades básicas. Los índices de desnutrición están aumentando: el Programa Mundial de Alimentos estima que el 22 % de los libaneses, el 50 % de los refugiados sirios y el 33 % de los refugiados de otras nacionalidades en el país padecen inseguridad alimentaria.
Históricamente marginada y desatendida por el gobierno central, Akkar es la región más pobre del Líbano, cuenta con la tasa de analfabetismo más alta y adolece de falta de infraestructura y servicios básicos. Decenas de miles de niños/as y adolescentes se encuentran al borde del colapso. Se calcula que cerca de la mitad de los jóvenes libaneses viven por debajo del umbral de la pobreza, mientras que más del 90 % de los refugiados sirios se encuentran por debajo del nivel mínimo de subsistencia. Asimismo, las escuelas públicas en Akkar prácticamente no han impartido clases a los niños/as más vulnerables durante más de dos años.
Conscientes de la grave situación que atraviesa el país y, en particular, del desamparo que sufren los más jóvenes en Akkar, la Fundación Abrazando Ilusiones ha apadrinado parcialmente un proyecto implementado por Relief & Reconciliation AISBL que brinda educación informal intensiva a centenares de jóvenes en la región. Asimismo, con una donación de 1600€ y el trabajo voluntario en el terreno de Leila Benhaddou Ruiz (vicepresidenta de la Fundación Abrazando Ilusiones) durante tres meses hemos posibilitado la celebración de un campamento de verano que ha acogido a más de 180 niños/as del Líbano y de Siria en las montañas de Akkar. Durante este, jóvenes de distintas confesiones han participado, entre otros, en talleres musicales, juegos en la naturaleza, visitas arqueológicas y comidas colectivas.
Queremos dar las gracias a quienes han hecho posible llevar adelante este proyecto. Particularmente, gracias a Eugenio Michelena y a Manuel Reina. Esperamos que disfrutéis de estas fotografías hechas por Leila en el norte de Akkar. Si queréis apoyar la labor que realizamos, pulsad en el botón de abajo. Cualquier contribución es bienvenida ¡Pronto más novedades!