Durante la pasada semana la Fundación Abrazando Ilusiones asistió a la Feria Virtual de Empleo Sector Educación UNIR, en la que profesionales de distintas áreas trataron temas de gran importancia tales como la transformación tecnológica, la educación inclusiva o la mejora de la empleabilidad. Durante la misma, la Fundación Abrazando Ilusiones ofertó dos puestos de trabajo de intérprete de lenguas africanas para prestar servicios de interpretación a los beneficiarios del proyecto INACICAM (Inclusión Activa de Inmigrantes en la Comunidad Autónoma de Madrid).
Las ponencias suscitaron un gran interés, pues facilitaron la difusión de conocimientos de gran utilidad en lo relativo a distintas problemáticas existentes en el plano educativo, la importancia de la personalización en el aprendizaje y el papel de las nuevas tecnologías. La enseñanza debe evolucionar a la par que las tecnologías, especialmente teniendo en cuenta la situación sanitaria en la que nos encontramos. Adaptarnos a esta nueva realidad gracias al soporte tecnológico nos hace descubrir que el contenido que se estudia no puede ser la única clave, ya que el aprendizaje debe estar centrado en competencias y habilidades. Tampoco podemos tratar a todos los alumnos por igual. Aprender debe ser placentero. Entender el entorno del alumnado y vencer al aislamiento es fundamental. Por último, la emoción debe ser el núcleo de la enseñanza, pues sin emoción no hay aprendizaje.
Para aplicar estas premisas, se propusieron nuevas metodologías como el agile learning. Esta forma de aprendizaje se centra en la oferta de herramientas adecuadas para que alumnos y alumnas puedan comprobar cuál ha sido su evolución y poder avanzar con motivación. Los equipos docentes, por su parte, deben plantear alternativas de aprendizaje que estén reglamentadas por un marco común de competencias digitales creando nuevos contenidos y ofreciendo flexibilidad en el aprendizaje
La educación inclusiva fue otro de los grandes temas tratados. La actual pandemia nos afecta a todos, no obstante, ha agravado aún más las brechas existentes en materia socioeducativa y socioeconómica. Es por ello que la educación inclusiva debe tener un papel fundamental. La inclusión es el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de una mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades. No solamente hay que reconocer la diversidad, sino aprovecharla desde un contexto positivo para el desarrollo humano. La enseñanza inclusiva debe partir de una base intercultural en la que se garantiza la base formativa partiendo de un punto de vista interactivo, de reconocimiento y de intercambio.
Pero la realidad es que, según algunos datos que facilitados por la OCDE, cerca del 40 % de los profesores reconocen que carecen de las habilidades necesarias para desarrollar estas prácticas educativas inclusivas con calidad. Otros datos apuntan a que una parte considerable del alumnado a nivel global se ha visto severamente afectado por el actual contexto, hasta el punto de impedir su continuación. La pandemia por coronavirus ha incrementado las situaciones de exclusión poniendo en riesgo el presente y futuro de una parte de la comunidad escolar. Asimismo, las estadísticas apuntan a un aumento drástico en la ansiedad educativa.
Estas y otras barreras han de solventarse con la participación activa de todos. En el ámbito de la educación, la nueva realidad nos obliga a tener permeabilidad y formar continuamente al profesorado para facilitar su adaptación a los nuevos desafíos y fomentar enfoques inclusivos e interculturales. La adopción de una perspectiva profundamente educativa que promueva el conocimiento real de las variables sociales y culturales que afectan a cada persona, y de la realidad única, individual y singular de cada sujeto es vital. Su eficacia vendrá marcada, en buena medida, con la puesta en práctica de medidas que favorezcan la igualdad de oportunidades, el trabajo en red y cooperativo y el acompañamiento individualizado.
La Fundación, particularmente comprometida con el cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles -“garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”- sigue trabajando en estas líneas y apoyando a personas (en su mayoría, menores de edad) en situación de especial vulnerabilidad.